La tradición reposa en el tiempo en las sombras que el Turbón proyecta sobre el Valle de Bardaji. Las rocas salientes del macizo han nombrado las horas a los campesinos y ganadores que han trabajado en estos valles. Este reloj de sol natural ha seguido durante siglos la siega, el cultivo, el riego y el rebaño.
Es esta tierra de ganadería y agricultura, economía de autoconsumo, de oficios familiares, que se han ido transformando con los tiempo.
El sector primario ha sostenido la economía local desde la estructura de pequeñas explotaciones ganaderas de carácter familiar. Este sistema ha confluido en los últimos años con la aparición de alojamientos turísticos que explotan la calma y tranquilidad a la que traslada al visitante este idílico valle pirenaico. Profesionales de otros servicios se establecen en la localidad.
En la actualidad se encuentran en activo las siguientes explotaciones ganaderas:
- Joaquín Ballarín (criadero terneras lecheras)
- Merche Recio Plaza, Ramiro Sesé y Andrés Sesé (criadero ovejas)
- José Antonio Rami (explotación lechera)
- José María Raso Ballarin (explotación lechera)
- José María Raso Castillón (explotación lechera)
- Rosa Moles (vacas pardas)
Además destacar la presencia de una empresa de construcción, movimiento de tierras y electricidad: Construcción Obra y Multi Servicios Turbón SL
De tradición habla el habla. En Bardaji se mantienen palabras únicas, transmitidas de padres y madres a hijos e hijas. Esta forma de decir, en el idioma aragonés, configuran todavía la toponimia del lugar, el nombre de las cosas, y los diálogos entre jóvenes y viejos que mantienen esta lengua viva.