Encadenar caminos es una buena manera de conocer el Valle de Bardaji. Rodeado de grandes cumbres, cerca de otras, los ascensos al Turbón, al Cerbín o al Bucero son posibilidades para aquellos que tienen buenos pulmones. Travesías largas por sendas balizadas y marcadas o pequeñas rutas que conectan con refugios, minas, fuentes, pueblos... que permiten al visitante relamerse de la naturaleza, observar paisajes cambiantes en las cuatro estaciones, contemplar el atardecer o las estrellas, guiarse por la paz y la calma o deslizarse a toda velocidad con la bicicleta de montaña o probarse en la carrera. Distintas formas por una red de caminos apetecible.